viernes, 4 de febrero de 2011

¡47 años en Barcelona!


Bernabé Zambrano llegó peladito al “ídolo” y ahora que es abuelo sigue laborando

Su luna de miel fue en la utilería del equipo cuando entrenaban en el Reed Park. “Mechita”, su esposa, es desde hace 27 su compañera de trabajo.

El verdadero amor... se lo ve en las buenas y en las malas. No solo cuando hay dinero y todo es felicidad.

Bernabé Zambrano es una verdadera historia de amor a Barcelona, a su esposa y al trabajo.

Cuando tenía 16 años llegó al “Ídolo” como ayudante de utilería y desde ese tiempo hasta ahora se ha mantenido en las épocas de festejo y en las otras, han pasado 47 años y a pesar de que ahora una silla de ruedas lo lleva a cualquier parte, no descansa para tener todo listo en el departamento de utilería.

Su vida ha estado ligada al equipo “canario”, cuando le tocó hacer el servicio militar lo realizó y volvió a trabajar en el plantel. Conocido como “Berna” es una verdadera enciclopedia del equipo más popular del país.

Sus años han estado ligados con los colores amarillo y negro. Cuando era un pelado se enamoró perdidamente de Mercedes Ibarra, quien vivía en lo que ahora es una parte del cementerio general de Guayaquil. Recuerda que cuando comenzó a extrañarla tanto le dijo que la quería para toda la vida, que sea su esposa, la dura de su corazón, nunca olvidará aquel día.

Él laboraba en el Reed Park, sitio de entrenamiento del plantel en esa época y hizo una locura de amor que a los 42 años de estar casado la revela. La belleza de “Mechita” lo cautivo y él se la “robó”, pero fue un secuestro amoroso y aquella noche para que sus suegros no lo busquen, la hizo fácil.

Sus primeras horas de luna de miel la llevó hasta el cuarto de utilería del equipo, y a unos amigos les pidió que le pongan candado por la parte de afuera y cuando fueron a verlos los familiares de la novia se llevaron la ingrata noticia de que Berna y su amor no estaban, el candado evidenciaba que no había nadie, mientras de adentro ellos los veían y no decían nada, era el comienzo de cuatro décadas de amor.

Zambrano recuerda entre risas y lágrimas que su matrimonio comenzó en un escenario deportivo y procrearon seis hijos y en la actualidad tienen varios nietos.

“Mechita” trae a la memoria aquellos días y comenta que al inicio sus padres la querían matar, pero con el tiempo se dieron cuenta que “Berna” era un muchacho trabajador y que la amaba con locura.

Desde hace 27 años ellos trabajan iguales, un día el brasileño Laerte Doría le expresó a “Berna” que debía tener una persona de confianza debido a que las cosas que él tenía eran de mucha responsabilidad y qué mejor que su esposa sea su ayudante.

La señora Ibarra ha estado en la lavandería, luego como ayudante de utilería y al momento es la jefa del departamento del equipo de primera y de las divisiones menores.

Entran a trabajar desde temprano y son los últimos en retirarse del estadio. Cosas de la vida y el amor, en el lugar que comenzó siendo su idilio ellos lo han hecho su oficina que está repleta de zapatos, pantalonetas, camisetas, buzos, medías y todo lo que el equipo necesita para estar “papelito” y jugar.

Bernabé es el empleado que más años ha estado en Barcelona, ha visto desfilar a jugadores, entrenadores y presidente por docenas. Es un seguidor de las radios deportivas y los programas de TV, sabe toda la historia del equipo.

Tiene grandes recuerdos de los jugadores que pasaron y nunca olvidará a futbolistas como Marcelo Trobbiani, Marcos Etcheverry y Marcelo Morales con quienes hizo una gran amistad y eran muy desprendidos en la parte económica, porque no se hacían problemas en apoyarlo cuando tocaba la hora de ir a caja.

También de un paraguayo que llegó al equipo de quien no recuerda su nombre, que era gran persona. Zambrano es muy sentimental, mientras conversa lágrimas le ruedan por sus mejillas, entre las anécdotas que recuerda están dos que se emociona al decirlas.

Afirma que Carlos Muñoz era un fuera de serie como persona y jugador, que uno de sus sueños era comprarse un auto y cuando lo hizo al primero que se lo fue a enseñar fue a él, el “Frentón” estaba tan feliz con el carro que llegó a su casa y por molestarlo le decía suegro “Berna” y cuando salió para mostrárselo se dio cuenta que la llave la había dejado dentro y le tocó hacer muchas cosas para poder entrar al vehículo, esto pasó días antes de fallecer.

“Muñoz era increíble, linda gente me iba a visitar a mi casa y le gustaba quedarse jugando voleibol”, recuerda Zambrano, quien trata de contener las lágrimas.

Otro de los recuerdos que no los ha dicho es que cuando Alfaro Moreno llegó a Santiago de Chile y se incorporó como jugador le tocó darle uniforme de concentración. “Resulta que le di la pantaloneta, pero esta le quedaba grande, pero él no se hizo problema y bajó a comer agarrándose porque no era su talla, pero nunca dijo nada, otro no se la hubiera puesto”, expresa el empleado histórico del “Ídolo” que junto a su amada ven el partido desde el departamento de utilería en circuito cerrado de televisión y deben estar pendientes de que a ningún jugador se le dañe la indumentaria, porque si ocurre esto ellos deben salir corriendo a facilitarle la nueva ropa.


Trabaja igual con su amorcito
En una salida internacional con Barcelona, un bulto se le vino encima y ese fue el inicio de lo que hoy le impide caminar. Padece de dos hernias discales y pese a ello limpia zapatos, arregla uniformes y pone las cosas en orden, pero ahora esta labor la hace junto a su querida “Mechita”, quien es como una madrina para los jugadores.
Al momento Zambrano espera que alguien lo ayude para su rehabilitación, debido a que quiere caminar, pero no puede.
No ha pensado en dejar de trabajar por su amor que es Barcelona, dice que ha sido una bendición de Dios laborar tantos años y que le gustaría algún día poder conversar con el vicepresidente de la República, el Dr. Lenin Moreno, que es un apoyador del deporte.
Bernabé y Mercedes son una verdadera historia de amor... de esas cuando te dicen juntos en las buenas y en las malas, ellos sueñan con que el equipo vuelva a dar la vuelta olímpica



Palco de “las culebras” en el MonumentalPara pagar deudas


No hay nada que hacer que el presidente de Barcelona, Alfonso Harb, hace todo lo posible para buscar billete en beneficio del club, principalmente para pagarle a las “culebras, culebritas y culebrones” que golpean todos los días las puertas del club del Astillero.

Al “Pocho” se le despertó la idea de crear dentro del estadio Monumental un palco especial, denominado “Palco de las Culebras”, y el objetivo es recaudar dinero en esa localidad para pagar deudas.

El “Palco de las Culebras” estará abierto por motivo del juego entre Barcelona-Manta, a realizarse en el Monumental, correspondiente a la tercera fecha del campeonato nacional serie A.

“Es un palco que nunca se abre en el estadio y que decidimos abrirlo a bajo precio. La plata recaudada irá exclusivamente para pagar esas deudas fastidiosas que generan intranquilidad en el club”, manifestó el directivo.

Serán 900 “palcos de las Culebras” y el dinero generado irá a una cuenta especial del Barcelona. “Es un palco que quizás la afición no va por la ubicación, se encuentra en una posición lateral del estadio, pero si le ponemos a bajo precio los hinchas asistirán”, agregó Harb

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